











Eslovenia – Entre los Alpes, el Karst y pueblos detenidos en el tiempo Nuestro viaje a Eslovenia fue mucho más que un descubrimiento fotográfico: fue también un mosaico cultural. Viajamos con Jordi, un excelente guía, en un grupo muy variado: un madrileño, un vasco, una suiza, ocho catalanes —y nosotros dos, Helga (suiza) y yo (catalán). El recorrido nos llevó por algunas de las regiones más bellas del país: desde la encantadora capital, Liubliana, pasando por el pintoresco lago de Bled hasta los Alpes en Kranjska Gora. Visitamos la meseta de Pjut, las cuevas de Škocjan, la acogedora ciudad de Škofja Loka y el pequeño pueblo de Čele, donde el tiempo parece haberse detenido. También fue una experiencia fotográfica muy especial: yo llevé la Sony A7R V y Helga fotografió por primera vez de forma activa con la Leica Q3 —con una sensibilidad sorprendente. Eslovenia nos ofreció el entorno perfecto para ello: tranquilidad, paisajes impactantes, una luz suave y encuentros inesperados. Y en el plano gastronómico, Eslovenia también fue una grata sorpresa: productos locales, platos sencillos pero llenos de sabor, preparados con mucho cariño. Disfrutamos la comida tanto como la fotografía.